lunes, marzo 12, 2007

Lovecraft

<< El tiempo se acumulaba en el cerebro y en la sangre, en pliegues suavísimos y turbadores en los que aparecía la claridad solar. Había costras y una materia rugosa, surcada por grietas de dirección dubitativa, que parecía calcinada por un contacto satánico o sordamente enfurecido. O bien una superficie enharinada con polvos de arroz, bajo el cual palpitaban, vívidas y sensibles, amplias llagas purulentas, como bocas martirizadas y ocultas, como flores monstruosas y sonámbulas que, de pronto, se hinchasen y creciesen estirando su íntima estructura hacia formas propias de un delirio febril >>

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola!,

dejar un saludo, que ya te dije que no entendia muy bien el post.


Por cierto, 300, es sencillamente genial :)